Buscando información sobre mujeres fallecidas por ahogamiento, se preguntará el lector qué morbosas intenciones me mueven, me he topado con un cuadro de Magritte que no conocía. Algunos relacionan a esta pareja de caras cubiertas con el hecho de que la madre del autor, Regina, hubiera aparecido con el vestido pegado al rostro tras darse muerte tirándose al río Sambre. Desde luego como imagen parece lo suficentemente potente como para calar hondo en el imaginario de un adolescente con cierta sensibilidad plástica. De Virginia Woolff a la Ophelia de Hamlet, existe una larga tradición de mujeres que deciden terminar sus días arrojándose al agua, a lo profundo, en una especie de intento de volver al medio líquido del que surgieron; parece una muerte especialmente femenina. No hay violencia, sólo un progresivo aletargamiento similar al sueño.
delaberintos
martes, 18 de septiembre de 2012
Buscando información sobre mujeres fallecidas por ahogamiento, se preguntará el lector qué morbosas intenciones me mueven, me he topado con un cuadro de Magritte que no conocía. Algunos relacionan a esta pareja de caras cubiertas con el hecho de que la madre del autor, Regina, hubiera aparecido con el vestido pegado al rostro tras darse muerte tirándose al río Sambre. Desde luego como imagen parece lo suficentemente potente como para calar hondo en el imaginario de un adolescente con cierta sensibilidad plástica. De Virginia Woolff a la Ophelia de Hamlet, existe una larga tradición de mujeres que deciden terminar sus días arrojándose al agua, a lo profundo, en una especie de intento de volver al medio líquido del que surgieron; parece una muerte especialmente femenina. No hay violencia, sólo un progresivo aletargamiento similar al sueño.
domingo, 9 de septiembre de 2012
martes, 4 de septiembre de 2012
No les miento, en realidad no he leído a Borges. Apenas sí un relato breve. Aunque tenemos en común el gusto por la literatura y los laberintos. Vaya una manera de comenzar una declaración de intenciones. Me disculparan, pero en realidad no sé qué es lo que pretendo. Además sospecho que llego tarde. Cuando por fin me decido a iniciar una bitácora (que suena bastante más literario que un blog) parece que los twuits ganaron la batalla. Como de todos modos, siguiendo con el símil marinero, estas reflexiones son poco más que una gota en el océano de la web, qué sentido tiene siquiera plantearse algo así como una declaración de intenciones. Hablaré de lo que me venga en gana, de lo que me interese. Eso sí, permítanme que me dirija a ustedes, que fantasee con que hay alguien ahí fuera. Escuchando
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